30 de junio de 2017
30 de junio de 2017
La Generalitat Valenciana notificó el 30 de Junio de 2017 al Ministerio de Agricultura el primer caso de presencia de la bacteria Xylella fastidiosa en la Comunitad Valenciana. El descubrimiento de la presencia de este terrible patógeno en almendros de la localidad alicantina de Guadalest es una muy mala noticia, ya que puede hacer tambalear al sector agrario valenciano, ya que afecta a multitud de cultivos leñosos como almendros, olivos, cítricos, viñedo y fruta de hueso, entre otros. Esta enfermedad vegetal es la misma que ha arrasado el olivar del sur de Italia y que más recientemente, en noviembre de 2016, fue confirmada en Mallorca, y se ha transmitido en las Islas Baleares.
El Laboratorio Nacional de Referencia, que es el del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), ha detectado la presencia de la citada bacteria en almendros de la variedad Marcona con más de 30 años de edad, de una explotación de siete hectáreas situada en el municipio de Guadalest (Marina Baixa), que se ha perimetrado para aplicar el plan de contingencia correspondiente. Desde la Conselleria de Agricultura se ha indicado que se aplicarán “medidas de erradicación”, y como marca la UE se destinarán ayudas para indemnizar a los productores afectados por la posible invasión de la Xylella Fastidiosa.
La administración autonómica ha convocado de urgencia una reunión del comité de emergencia de Sanidad Vegetal tras detectar la presencia de la citada bacteria en la provincia de Alicante. Posteriormente se mantendrán reuniones entre la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, y el IVIA, con representantes del sector agroalimentario valenciano para informarles sobre la situación fitosanitaria respecto a la bacteria Xylella Fastidiosa.
Desde este mismo jueves 29 de Junio, la conselleria está llevando a cabo tratamientos insecticidas contra los vectores (insectos que pueden transmitir la enfermedad), tanto en la parcela infectada como en los 100 metros de alrededor, con un producto fitosanitario específico para estos casos. Asímismo, han comenzado a adoptarse las medidas previstas en el Plan de Contingencia de la Comunidad Valenciana frente a la Xylella fastidiosa, para el arranque y destrucción de la parcela afectada y de todo el material vegetal potencialmente hospedante de la bacteria existente 100 metros a la redonda.
La Consellería también ha puesto en marcha un intensivo sistema de prospección y análisis para determinar si existe más material infectado, en las proximidades de la parcela, así como en la misma comarca y comarcas colindantes. Por un lado, y en cumplimiento de la Decisión 789/2015, está previsto realizar una prospección intensiva por cuadrículas de 100 m X 100 m en toda la zona tampón, y simultáneamente también está previsto realizar una prospección por cuadículas de 1 kmX1 km para intentar detectar la presencia de la bacteria tanto en el radio de 10 km como en todas las comarcas colindantes a este radio.
En cumplimiento de la normativa europea (Decisión 2015/789 y modificaciones), se va a proceder inmeditamente a declarar una zona demarcada de 10 km. En torno a la parcela infectada, aunque alejados de ésta, existen en la demarcación siete viveros y centros de jardinería, parte de cuyo material (olivos, almendros, adelfas, aguacates, nogales, cítricos, entre otros) ha sido inmovilizado cautelarmente este jueves. Se ha abierto una investigación de trazabilidad para identificar el origen y proceso de producción y distribución de ese material en los últimos tres años.
Se trata de una enfermedad que podría causar perjuicios económicos graves de expandirse por la Península Ibérica, por lo que es de vital importancia la colaboración y la participación de todos los sectores implicados.
Ante cualquier sospecha de tener una planta infectada, se debe contactar con el Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria (Avda de Alicante s/n de Silla -Valencia), teléfono 96 120 76 94 o vía email sanitatvegetal@dgagric.caib.es .
Como ya sucedió en el caso del “Picudo Rojo” con las palmeras, se vuelve a demostrar con la Xylella fastidiosa que la importación y comercio internacional de plantas sin control, genera la entrada de vectores que transmiten enfermedades que causan grandes catástrofes.
Desde los servicios de vigilancia de Baleares, han informado que han detectado durante los últimos seis meses un total de 252 positivos de infección por Xylella fastidiosa confirmados en plantas y árboles de esta comunidad. Del total de positivos confirmados, 156 corresponden a Mallorca, 68 en Ibiza y 28 en Menorca, la mitad de los cuales ya ha sido eliminado. En Formentera no se ha manifestado la infección.
En Mallorca, la presencia de la bacteria se ha detectado en 60 acebuches, 53 almendros, 14 polygalas, 12 olivos, 6 romeros, 3 cerezos, un ciruelo, una estepa negra, un fresno, un adelfa, una viña y una mimosa. En Menorca, en 19 acebuches, 5 olivos, 3 polygala y un mero. A ambas islas se ha detectado la subespecie multiplex, que en Mallorca convive con la fastidiosa.
Xylella Fastidiosa es una bacteria fitopatógena, de la clase proteobacteria con gran potencial de daño económico.
Es originaria del norte de California, donde se descubrió hacia final del Siglo XIX, hasta la fecha no existe ningún antídoto que sea eficaz.
El área de distribución principal de Xylella fastidiosa se restringe actualmente al continente americano, pero abarca un amplio rango de latitudes, que va desde Canadá, en el norte, hasta Argentina, en el sur, pasando por los Estados Unidos, Méjico, Costa Rica, Venezuela, Brasil y Paraguay. Su distribución por el continente no es, sin embargo, homogénea. En algunas zonas la bacteria está tan extendida que no es posible su erradicación. En otras, sin embargo, existen restricciones ambientales aún por definir que hacen que la bacteria no muestre tendencia a expandirse.
Xylella Fastidiosa se instala en el xilema de las plantas que infecta. El xilema es la red de vasos conductores que transporta agua y sales minerales desde la raíz al resto de los tejidos, por lo que se extenderá por toda la planta con facilidad, viajando por estos conductos.
Al crecer y multiplicarse, crea un biofilm que acaba taponando los vasos e interrumpe el flujo de savia. Las plantas entonces empiezan a manifestar unos síntomas similares a los que provoca cualquier otra forma de estrés hídrico. Comienza secando las hojas, luego los brotes, luego las ramas, y finalmente se secará la planta entera. La bacteria se desarrolla en el interior de la planta, no habiendo por el momento tratamientos suficientemente efectivos contra ella, siendo la eliminación de la propia planta, la triste solución que desde la Comisión Europea se está planteando, eso si dotando de ayudas a los agricultores para que lo hagan.
Otra característica fundamental de esta bacteria es su enorme rango potencial de hospedadores. Aunque Xylella fastidiosa está compuesta por varias subespecies, -cada una con su particular grupo de plantas hospedadoras-, que juntas suman más de 300 especies de plantas de todo tipo: monocotiledóneas y dicotiledóneas, herbáceas y leñosas. Algunas de ellas, como viñas, cítricos, almendros, melocotoneros, ciruelos, arándanos o Quercus tienen una importancia agrícola clave en toda la zona mediterránea, sobre todo los cítricos, almendros y olivos en el arco mediterráneo. Otras, como adelfas, jacarandas, fresnos, olmos o plátanos de sombra, son más bien ornamentales o silvestres.
Actualmente hay varios proyectos de investigación buscando un antídoto, que los agricultores esperan como “agua de mayo”, ya que supone una gran tristeza tener que arrancar árboles y plantas con tantos años, como es en el caso de olivos, almendros o viñas...
A parte en la investigación de posibles soluciones para poder reducir el problema, nos encontramos con el problema legales de autorización de uso en la UE de ciertos productos fitosanitarios y de ciertos sistemas de producción vegetal. Al tratarse de una bacteria, lo mejor sería un antibiótico, pero en la UE está prohibido el uso en agricultura por los efectos nocivos sobre la salud humana. Lo mismo con la modificación genética de las plantas que también está prohibido en Europa, aunque en Norte America y Brasil tan buenos resultado han dado para frenar la expansión de la epidemia.
Para complicar más las cosas, en muchas plantas silvestres, la Xylella Fastidiosa se multiplica sin provocar daños ni síntomas aparentes de enfermedad. Estas plantas infectadas son difíciles de detectar, y por tanto, de eliminar, y actúan como un reservorio natural, una especie de refugio en el que la bacteria mantiene poblaciones que en cualquier momento pueden infectar nuevas plantas. De hecho, la experiencia hasta el momento ha sido que, una vez instalada en campo, la bacteria ya no ha podido ser erradicada de ninguno de los territorios que ha ido colonizando en América y Taiwán.
La transmisión entre plantas ocurre por medio de insectos vectores. Son principalmente cercópidos, cicádidas y cicadelinos, semejantes en general a pequeñas cigarras. Son particularmente frecuentes en las gramíneas. Todos poseen un pequeño estilete con el que penetran en los tejidos de la planta, llegan hasta el xilema y absorben la savia bruta de la que se alimentan. Con el estilete llevan la bacteria del xilema de una planta a otra. Son insectos que, por lo general, pasan desapercibidos a los agricultores porque son pequeños, no se concentran en grandes poblaciones y no causan daños importantes a las plantas.
El comercio internacional de plantas facilita la llegada de patógenos a nuevos territorios con efectos imprevisibles. Europa importa cada año miles de toneladas de plantas de países donde la bacteria está presente, sin que se garanticen de manera rigurosa mediante certificados, inspecciones y análisis, que las plantas están libres de Xylella Fastidiosa.
Muchos científicos e investigadores, consideran que ya se debía haber declarado el tráfico internacional de plantas como una actividad potencialmente peligrosa para el medio ambiente y los recursos alimenticios de la humanidad.
Un diagnóstico temprano y la poda ayudan a retrasar lo inevitable.
Además en la poda es fundamental la desinfección de sierras y herramientas, para evitar la contaminación cruzada con el patógeno.
Los agricultores pueden contribuir a reducir el riesgo, si en sus plantaciones sólo usan material vegetal certificado, nunca de dudosa procedencia o de viveros clandestinos, y acudiendo de inmediato a los servicios de Sanidad Vegetal en el momento que empiecen observar síntomas característicos.
Es fundamental la vigilancia en centros de producción y comercio de plantas que pueden ser huésped, la vigilancia en explotaciones agrícolas, la puesta en marcha de campañas de sensibilización sobre la enfermedad y las medidas para evitar su aparición, la difusión de información a los viajeros y en puntos de tránsito de personas, con especial atención a los aeropuertos y puertos con posibles conexiones con zonas de Europa u otros países donde la bacteria está presente.
Es necesario un especial control sobre el tránsito de especies vegetales que ya la Unión Europea estableció en diciembre de 2015 para que las plantas hospedadoras sensibles a la “xylella fastidiosa” fueran acompañadas del pasaporte fitosanitario para circular dentro de la UE.
La Comisión Europea tras la llegada de Xylella a Italia, publicó, una normativa obligatoria para todos los estados miembros con el protocolo establecido. Esta incluye la triste obligación de eliminar todas las plantas en un radio de 100 metros alrededor del árbol infecto. Además, si no se toman medidas, la Unión Europea puede castigar al país que no las aplique. Podemos decir que la bacteria ha ganado una batalla, pero no la guerra.
¿Qué está haciendo el IVIA para detectar presencia y evitar la transmisión?
Con el objetivo de establecer medidas preventivas para evitar la transmisión en la Comunidad Valenciana, el IVIA ha desarrollado modelos matemáticos, que permiten estimar la capacidad de la bacteria para establecerse y diseminarse bajo determinadas condiciones ambientales.
Se están procesado de grandes cantidades de material vegetal y de insectos vectores en prospecciones a gran escala, así como al desarrollo de métodos de control de la enfermedad que sean respetuosos con el medio ambiente, como la utilización de bacteriófagos líticos de X. fastidiosa, es decir, virus capaces de atacar específicamente a esta bacteria sin causar ningún tipo de daño al entorno.
La transmisión de conocimiento es fundamental para poder anticiparse al problema o detectarlo en las fases tempranas. Por ello se están impartiendo cursos sobre las técnicas de detección de Xylella Fastidiosa según el protocolo EPPO a todos los laboratorios de Sanidad Vegetal.
Por otro lado, el Centro de Agroingeniería del IVIA , está desarrollando sistemas ópticos que sean capaces de detectar plantas infectadas antes de que presenten síntomas externos de la enfermedad. El problema se está abordando a distintas escalas, tratando de detectar niveles bajos de infección de Xylella fastidiosa, para trasladar los hallazgos progresivamente al campo con el fin de detectar la enfermedad bien mediante dispositivos de mano o que se puedan incorporar a un vehículo agrícola. Entre los sensores ópticos que se van a utilizar se incluyen cámaras de color, infrarrojo, NDVI de alta resolución, fluorescencia hiperespectral y térmica, además de espectroscopía en el rango visible e infrarrojo cercano del espectro.
En este documento PDF se puede comprobar la situación y las actuaciones que se están llevando a cabo por la Generalitat Valenciana a través del Servicio de Sanidad Vegetal D.G. Agricultura, Ganadería y Pesca.
Hoja Informativa de la UE - Preguntas y respuestas sobre Xylella fastidiosa
Plan de Contingencia de la Comunidad Valenciana frente a la Xylella fastidiosa
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