2 de agosto de 2019
En verano el uso de las piscinas está muy generalizado debido a la utilización de las piscinas exteriores para ocio y para mitigar las altas temperaturas, pero también tenemos las piscinas cubiertas que nos permiten su utilización durante todo el año ya sea para la práctica deportiva como para su uso recreativo o terapéutico.
Para que podamos disfrutar del agua de la piscina en perfectas condiciones, ésta debe recibir un tratamiento de desinfección adecuado, sin embargo, durante este proceso se generan unos subproductos que pueden suponer un riesgo para la salud de los usuarios de estas instalaciones, ya sea por inhalación, ingestión o por vía dérmica.
Un estudio, realizado en el País Vasco y publicado en la revista Salud Ambiental, analiza los subproductos que son generados por el tratamiento químico en el agua de las piscinas cubiertas para determinar la exposición por vía inhalatoria de las personas usuarias. Este estudio ha dado como resultado la detección de compuestos orgánicos volátiles, COVs, de los cuales destacan los trihalometanos y los compuestos orgánicos volátiles aromáticos entre los más perjudiciales para la salud.
Los compuestos orgánicos volátiles (COVs) agrupan a una gran cantidad de sustancias químicas que se convierten fácilmente en vapores o gases y que pueden tener diferentes efectos nocivos sobre el medio ambiente y la salud.
En el mantenimiento y tratamiento de las piscinas y disminuir el riesgo microbiológico del agua se utilizan desinfectantes. El cloro, debido a su precio, versatilidad y eficacia, es el producto más utilizado en este tipo de instalaciones. Pero la desinfección del agua de la piscina mediante cloro tiene la desventaja de la formación de subproductos de la desinfección cuando este reacciona con la materia orgánica que aportan los usuarios.
Entre los subproductos derivados de la desinfección se encuentran los trihalometanos además de compuestos inorgánicos como las cloraminas. Estos se volatilizan en mayor o menor medida, ya que el agua del vaso de la piscina está en constante evaporación, y pasan a la atmósfera de las instalaciones cubiertas en forma de gas o como pequeñas gotas, los cuales al ser inhalados por los usuarios pueden generan un problema de salud.
Para analizar como afecta estos subproductos a los usuarios de las piscinas por inhalación se ha realizado un estudio mediante un muestreo del aire interior de las instalaciones cubiertas, para determinar la concentración de los subproductos de la desinfección, y la presencia y nivel de contaminantes en el aire.
De los subproductos derivados de la desinfección en el agua de las piscinas los trihalometanos, cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano, y bromoformo, son los más comunes de encontrar y de ellos, el cloroformo el más abundante. Sobre los problemas que pueden acarrear a la salud de los usuarios de la piscina indicar que son diversos los riesgos detectados en exposiciones de larga duración derivados de los trihalometanos, principalmente del cloroformo.
Además, existen también subproductos derivados de la desinfección de naturaleza inorgánica, como las cloraminas (fundamentalmente la tricloramina), y a estos se asocian problemas de salud en los bañistas mas a corto plazo, como la irritación aguda en los ojos, la nariz y la garganta en los usuarios expuestos al aire ambiental de piscinas.
En los resultados del estudio realizado en el análisis del aire de las piscinas se obtuvieron 38 sustancias por encima del límite de cuantificación, 0,1 μg/m3. La tabla siguiente corresponde a los compuestos orgánicos volátiles más destacados registrados en las mediciones. Si bien es cierto que, aunque han sido detectados hasta 38 sustancias, ninguna sobrepasa los valores límites de exposición o de referencia.
Indicar que en los resultados obtenidos de los COVs, la causa principal de la aparición de 2-propanol es por la utilización de productos aromáticos en saunas con puerta de acceso compartida al vaso de la piscina.
Según los resultados, la concentración de trihalometanos en el aire está correlacionada con la concentración de trihalometanos del agua, es decir, la concentración en el agua es directamente proporcional a la concentración de materia orgánica, debido a un mayor número de usuarios y a la concentración de cloro libre.
Por último, se realizó un modelo multivariante para valorar la importancia de algunos factores, y se comprobó que a mayor número de usuarios y a menor humedad relativa, se producía una mayor concentración en el aire ambiental de los productos de la desinfección.
Como conclusiones específicas los autores del estudio destacan que se detecta una relación entre diferentes compuestos de trihalometanos y algunos factores independientes como son la temperatura, la humedad relativa y el CO2, que se tendrían que tener en cuenta para mantener las piscinas en condiciones saludables incluyendo mejoras en la ventilación del aire o la renovación del agua de la piscina, así como un control de la concentración de biocida en la piscina.
Fuente: Caracterización de compuestos orgánicos volátiles en el aire de instalaciones de piscinas, Revista de Salud Ambiental. Autores del estudio: Leire Martínez Etxebarria, Angélica Blanco Cascon, Vanesa Hernández Bayon, Guillermo Azkorra Zugazaba, Ibon Tamayo-Uria, Jon Álvarez Uriarte.
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